Lo encontré una noche propicia. Nuestros caminos se cruzaron, tan solo unos instantes, y, sin quererlo, mutuamente, nos legamos cierta huella ambigua, pero profunda.
Tan solo los poetas de corazón huérfano, pueden entenderse en su locura, tan solo los que escriben con la verdadera sangre de sus venas, pueden hablar en el mismo idioma. Pero él, no era un poeta cualquiera. Él se retrató en sus silencios, con sus gestos, con sus miradas huidizas y su seria máscara de aparente insensibilidad. Su único sueño, era alcanzar algo grande, realizar un trabajo artístico que dejase un huella imperecedera…sí, solo así se marcharía tranquilo de este escenario de la vida. Al menos así lo entendí yo, tan solo con mirarlo. Mientras aquello no sucediese, se había hecho la promesa, a sí mismo, de permanecer impasible, como estatua de sal. Hablaba de amar sin sentir el amor, eso es lo que nunca olvidaré de él. Pero siempre que lo recuerdo, acude a mí la inspiración…
POESÍA
Para mí esto es poesía:
mirarte en silencio,
acariciarte,
e ir descubriendo
cada rincón
en ti;
mientras permaneces
quieto, acallado,
preso de mí.
Poesía es mirarte
directo a los ojos,
y descubrir,
en el clamor
del mar,
que nos arropa
de lejos,
que tú y yo
hablamos
el mismo
idioma.
El lenguaje
de las letras,
que hoy hemos
despertado
y manan en
nosotros
beso a beso.
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