jueves, 10 de febrero de 2011

ESTRELLA A LA FUGA

     Me gustan las crónicas del cosmos. A veces me hacen volar la imaginación, elevándome sobre la tradicional e insignificante preocupación terrena. Hoy, por casualidad, di con un artículo, que informaba sobre una estrella a la fuga. Los astrónomos, utilizaban la luminosa emisión de luz, de la figura estelar, denominada Zeta Ophiuchi, para estudiar la composición química de la materia gaseosa que la circunda, en el espectacular escenario del  cosmos. La han aclamado estrella fugitiva, porque se desplaza a una velocidad de  85.000 kilómetros por hora, dibujando a su paso una estela de choque, en forma de “arco de proa”.
   Al instante de conocerla, sentí cierta complicidad con ella ¿quién no ha sentido, en algún momento, la necesidad imperiosa de marcharse? Lejos, muy lejos ¿De convertirse en fugitiva/o en una determinada situación o vivencia? Desde aquí, doy las gracias, por su inspiración para escribir la siguiente poesía…


ESTRELLA A LA FUGA
Con vocación de astrónoma errante,
amante de los fenómenos
del inquietante cosmos.
La mente palpitante,
la mirada resuelta,
acaba alzándose,
en la aventura
de la existencia…
Y como flecha curiosa,
y arrojadiza,
termina internándose,
en el cuerpo misterioso
del universo.
Y allí, ensimismada,
descubre la existencia,
de una estrella azul y traviesa,
que como la cordura
de la mente observadora,
esta embebida,
en una nube difusa…
oscureciendo
el interior de su pecho,
por las ideas y energías
polvorientas
que la rodean…
enrojecida de ira,
es una estrella
que se da a la fuga…
en su eterna búsqueda
de  existencias
menos fútiles…


No hay comentarios:

Publicar un comentario