lunes, 31 de enero de 2011

A ALGUIEN QUE ME DIÓ LA VIDA

     La oscuridad se cernía sobre mi ánimo. Las noches eran eternas y oscuras, en aquellos momentos estaba viviendo algo que no me dejaba mirarme a la cara, algo de lo que me culpaba. El llanto me sorprendía de madrugada. En ocasiones era tan atroz el dolor que creía perderme a mi misma. Todo aquello me sumía en una especie de vivencia irreal. Cuando el dolor golpea con toda su fiereza el organismo se defiende insensibilizándote, dejándote como en estado de shock. Solo en ese estado de adormecimiento la consciencia es  capaz de continuar adelante. Y estando así, en tan lamentable estado emocional, un día decidí que aquello era como estar muerta en vida. Me dije: quiero vivir. El primer paso era dejar de matarse con negros pensamientos. Supe que había mucha gente como yo, con ganas de amar y de ser amados...Y entonces apareció él, devolviéndome  a la vida sin saberlo, sin imaginarlo. Nuestros caminos se cruzaron durante un tiempo que nos enriqueció a ambos, o al menos así lo quiero pensar.Tiempo después aquello acabo, quízá porque yo misma sembré el final con mis dudas y mis miedos, tal vez porque él también tenía muchos conflictos. Desde aquí quiero darle las gracias a esa persona por los preciosos e irrepetibles momentos que me hizo disfrutar a su lado. Hoy tan solo tenemos como testigo  de lo que vivimos a la poesía, lirismo y desamor.....


NO IRÉ A BUSCARTE
No iré a buscarte, 
no he de perseguir
lo que el destino
me niega.
Permaneceré impasible,
firme como la roca,
sobre un mar de feromonas.
Confiada, meditativa, 
dejaré pasar todo insecto social.
Acunando en mi interior
el impulso ancestral,
que conduce mi nave
a la deriva de tu árida orilla,
en esa fútil 
búsqueda del otro.

DOS MONOS RHESUS
Te hallo, exhausto,
tendido en el suelo.
Crispación en tu pupila,
bloqueo emocional.
Discernir tu ánimo
tarea compleja.
Te beso.Te animo.
Tu cortex no responde.
Tan solo somos criaturas.
Dos monos Rhesus
jugando a amar.

UNA VOLUTA DE HUMO
Tras una voluta de humo
tu ánimo escondido,
te observo con cierto rubor,
sin acertar a calcular
la debacle que se alimenta 
en tu interior.
Gesto iracundo.
Manos nerviosas.
Pequeños gestos 
que resultan demoledores.
Dedos, que estrujan con rabia,
una inocente colilla, asesinada
contra el vidrio del cenicero.
Tu orgullo y tu engaño, tu única tumba.
Tu prepotencia, manta que cubre
tu fragilidad y espanto.
Dolor que arrastra el alma.
La verdad cual puñal hiriente
clavada en tu pecho, denuncia impúdica:
que no te dejan ser tu.

SE BURLAN 
Se burlan de mí
y yo los perdono.
Serena, impasible.
Toda situación comprendo,
pongo la otra mejilla.
Descubro tu cara asustada,
enfadada con el mundo.
Y nuevamente pongo la otra mejilla
que nadie la espera.
Continúas sin defenderte,
te siento acorralado,
ellos ponen palabras en tu boca.
Comprendo tu cobardía
tus heridas sangrantes
como mi alma herida.
Tampoco me defiendo,
tan solo cruzo el umbral
de aquel mundo de locos.
Pero es por ti y por mi.
He de enseñarte a amar...