lunes, 27 de diciembre de 2010

A UNA AMIGA DEL SUR

     Me fui con tristeza de su lado. Ella con su sinceridad, volcó todo lo que tenía dentro en sus palabras. Por su valentía a la hora de hacer frente a los sentimientos que le hacían sufrir, consiguió hacerse un hueco en mi corazón. Trate de meterme en su piel para escribir los siguientes versos, que me gustaría aderezarlos con la música del grupo rociero Siempre Así y el tema Como pretendes. Va por ti, en honor de ese abrazo secando nuestras emotivas lágrimas.




TRANSICIÓN
Te miro,
dolor incierto acallado.
Transición...
Te observo,
el príncipe de mis tinieblas.
Viniste a mí
mujer de tierra
de antiguas viñas.
Emergiste del gran azul
con tu traje de  neopreno.
Sin intuir que soy especial,
vuelves a sumergirte
sin mirar atrás,
sin despedirte,
tan solo el mar y tú...
Nada más importa.
Transición...tan solo eso fui para ti.


PEQUEÑA
Como el poeta Leopoldo María
me siseo en su “Diario de un seductor“
no era mi sexo lo que buscabas
sino ensuciar mi alma.
Todo fruto de la inconsciencia
y el dolor no resuelto.
Me canse de escucharte,
ahora sé que me utilizaste.
¿Me engaño? ¿Construí yo sola esta historia?
Dejaste de ser mi amigo
para convertirte
en verdugo de mi pensamiento.
Te perdí por entero...
más ahora sé que nunca te tuve.
Pequeña, nadie me
hizo sentirme tan pequeña.
Desorientada me fundo
en tu antiguo suspiro,
pues solo tú supiste
sacarlo todo de mí,
me abriste las puertas
a nuevos reinos de mi cuerpo...
Y hoy lloro, pero sé que así lo elegí.
Me gustaste y te quise tal cual eras.
Tan solo me queda la tristeza
de que no te asomases a conocerme.
No te perdí pues nunca te tuve. 

YO QUE TE ESCUCHO 
La noche sin sueño
fruto del desencanto
sesga todo asomo de ilusión.
Yo, que te escucho y consuelo,
mientras mi corazón maldito
mira hacia otro lado,
otra pena, ajena,
que rasgue el velo, persiguiendo,
aunque solo sea
unos instantes al olvido.
Tú, ojos brillantes,
colmados de lágrimas
¡cuánto despecho!
¡cuánta incomprensión!
Tristeza que cae
como las estrellas
de mi cielo,
sin asomo de talento.
Lloramos quedamente,
nadie nos escucha,
no hay testigos de nuestra
locura transitoria.
Tus mejillas mojadas,
mi ánimo derrotado.
Me marcho con tu dolor
tatuado en cada poro de mi piel.
Yo, que huyendo de mí,
tan solo palabras dulces tengo para ti.
Mientras atónita
me veo en ti, en cada gesto,
y mi amor herido
cae del corcel de la mentira,
para que el jinete de mi espíritu
se vuelva a levantar barruntado.

19-11-2010 

1 comentario:

  1. Gracias por tus palabras, yo no habria expresado mejor todo lo que tenia dentro y que, gracias a ti, salio al exterior liberandome del dolor.
    Has significado mucho para mi.
    Te quiero mucho...tu AMIGA del sur.

    ResponderEliminar